Los mexicanos tenemos una idea errónea de lo que es el éxito: tenemos un pensamiento que nos limita a buscar opciones para crecer; sólo tenemos en mente el opacar a los demás para sobresalir, el dejar que "el destino" nos traiga las cosas, rezar para que la suerte nos favorezca.
No pasa por nuestra cabeza pensar que tenemos creatividad; en lugar de ser originales, fomentamos copiar ideas ajenas, y por si fuera poco, echamos la culpa al gobierno de no darnos las herramientas para tener éxito.
No pasa por nuestra cabeza pensar que tenemos creatividad; en lugar de ser originales, fomentamos copiar ideas ajenas, y por si fuera poco, echamos la culpa al gobierno de no darnos las herramientas para tener éxito.
Así es como llegamos a ningún lugar, tenemos que abrir los ojos y darnos cuenta que alcanzaremos lo que nos propongamos únicamente con esfuerzo y haciéndonos responsables de nuestros logros y fracasos, sin culpar a los demás, sin justificarnos con las autoridades. Cada persona construye su propio camino y es por eso que debemos compararnos con nosotros mismos, pues cada quien progresa al ritmo propio.
El primer paso es darnos cuenta del error que estamos cometiendo, para después poder modificar nuestra cultura. Quizá el considerarlo no haga reflexionar y transformar a toda la nación, pero empezar por uno mismo y por su círculo social es una forma de aportar un granito de arena, para avanzar hacia cosas mejores y por consecuencia, lograr un bienestar social. Sólo así podremos evitar caer en los engaños que nos prometen "vivir mejor" encerrados en una burbuja de ignorancia.